martes, 5 de julio de 2011

El fútbol se juega desde otro ángulo.

Jugadores de 28 equipos de siete países se dieron cita en Buenos Aires. El equipo argentino Dogos y el inglés Stonewall, que defiende su título, jugarán hoy, en el Estadio Defensores de Belgrano, la final del torneo en Buenos Aires.
Por Patricia Lee. Corresponsal de El Pais, Buenos Aires


El Mundial de Fútbol Gay, que tuvo participación de 28 equipos de siete países, se jugó durante esta semana en las canchas del Parque Sarmiento. 
No se trata de un pasatiempo ni de una campaña política, sino de un verdadero campeonato de fútbol, apoyado nada menos que por la Asociación de Fútbol de Argentina, mediante el cual, los homosexuales lograron demostrar que son tan hombres y tan buenos futbolistas como los deportistas tradicionales. 
Para un deporte marcadamente masculino como el fútbol, la realización de este campeonato es un paso más en la afirmación de los derechos de los homosexuales y en la lucha contra la discriminación. 
Suramérica estuvo representada por siete equipos: los argentinos Amérika, SAFGay, Dogos SN y Dogos RN; el chileno Chile Deportes; el mexicano Selección Inter de la Diversidad y el Uruguay Celeste. Por Estados Unidos participaron doce equipos y siete por Europa. Por Canadá llegaron el Royal Canadians y Toronto Titans. 
promoción. Claudio Andrili, Secretario de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires, le dijo a El Pais que el gobierno de la ciudad apoyó la realización del Mundial. 
“Esto no tiene nada que ver con el tema homosexual, sino con los deportes, porque estamos interesados en que se realicen eventos deportivos internacionales en la ciudad”, dijo. 
“Por supuesto, agrega, también es importante promover a Buenos Aires como una ciudad amigable con los homosexuales”. 
En el avance contra la discriminación, Buenos Aires es una de las ciudades más abiertas. En el 2002 se sancionó la unión civil que permite matrimonios de personas del mismo sexo. 
“Es la primera vez que se juega un campeonato de estas características en América Latina”, le explicó a El Pais uno de los directivos de la Asociación Internacional de Fútbol Gay y Lésbico. 

El número

El Mundial es, ante todo, un campeonato deportivo. Miguel Giovaninni, entrenador del equipo argentino SAF, ya es un veterano, pues ha participado en cuatro Mundiales, y obtuvo una medalla de bronce con su equipo en el torneo de Fort Lauderdale, en 1999. 
El número
522 jugadores en total participaron en el Mundial Gay. Por Suramérica apenas participaron equipos de Argentina, Chile y Uruguay.
“Nos gusta jugar al fútbol, más allá de cuál sea el objeto de nuestro deseo”, dice. “No hacemos política, jugamos al fútbol. Por supuesto, cada acto contra la discriminación es un acto político y vamos a hacer lo posible para apoyarlo”, argumentó. 
recorrido. Jason Davis es un relacionista público de 29 años que juega con San Francisco Spikes, uno de los equipos que llegó a las semifinales. 
Ha participado en los últimos tres Mundiales y está muy contento en Argentina. 
“No somos jugadores profesionales. La mayoría de los miembros de los equipos norteamericanos vienen de las universidades, pero hay algunos como yo, que trabajamos, y que tenemos esto por hobby”, manifestó. 
Hay muchos latinos en los equipos norteamericanos. Dos jugadores del equipo West Hollywood, de origen mexicano, cuentan que su país no es tan amigable hacia los homosexuales, aunque tal vez México organice el mundial en el 2009. 
Afortunadamente para ellos, el fútbol está avanzando mucho en Estados Unidos, de la mano de los latinos. “Los domingos por la mañana hay chicos jugando fútbol en todas partes. El fútbol está en su niñez, pero hace avances inmensos”, comentan. 
“Venir a jugar a Argentina, un país tan futbolero, la patria de Maradona y Riquelme, es algo maravilloso. Nos sorprendió que la AFA apoyara el Mundial”, dijeron. 
La sorpresa en el Mundial es la ausencia de Brasil. Uno de los equipos que se preparaba para venir era el “Roza Futebol Clube”, formado por la barra “Fla-Gay”, que respalda al Flamengo de Río de Janeiro, pero se tuvo que disolver por las amenazas recibidas. 
Hace poco hubo un importante debate en ese país, porque la Justicia rechazó una demanda iniciada por el jugador Richaryldson contra un directivo del equipo Palmeiras, que lo había acusado de homosexual. 
El juez desestimó el pedido del jugador, diciendo que “no es que un homosexual no pueda jugar al fútbol. Puede, pero tiene que formar su propio equipo y federación y hacer partidos con aquellos que quieran jugar contra él, y que no es razonable aceptar a homosexuales en el fútbol brasileño porque afectaría la uniformidad que existe en un deporte viril, no homosexual”. 
Lejos de las polémicas, los jugadores del Mundial Gay están disfrutando del evento. Alrededor de las canchas se venden souvenirs, postales, pequeñas imágenes de hombres bailando tango, banderolas y propaganda gay. Un enorme travesti se pasea, con la camiseta argentina, arengando a los jugadores y repartiendo sonrisas con una carterita rosada. 
Más allá de lo folclórico, lo cierto es que el Mundial ha sido un campeonato deportivo que ha significado un paso más en la campaña contra la discriminación. 
En sus palabras 
“Nos gusta jugar al fútbol, más allá de cuál sea el objeto de nuestro deseo. No hacemos política, pero apoyamos cada acto contra la discriminación.” 
Miguel Giovannini, entrenador 
“Es importante promover a Buenos Aires como una ciudad amigable con los homosexuales. Queremos que acá se sigan haciendo grandes eventos”. 
Claudio Andrili, dirigente 
El dato clave 
La ausencia de Brasil en el Mundial Gay fue la más sentida, por ser un país con tradición futbolística. Sin embargo, es probable que en esa nación se realice la segunda versión. 

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